Evaluaciones que ayudan a comprender y avanzar
A veces no basta con “intuir” lo que ocurre. Una evaluación psicológica permite observar con más claridad aspectos emocionales, conductuales o cognitivos que pueden estar afectando el bienestar de una persona.
Realizo evaluaciones en infancia, adolescencia y adultez, adaptadas a cada etapa, contexto y necesidad. No se trata de etiquetar, sino de entender mejor para poder acompañar con sentido.
¿Cuándo puede ser útil una evaluación?
Una evaluación puede ayudarte a identificar de forma precisa aquello que no termina de explicarse con palabras:
- Cambios en el estado de ánimo o en la conducta.
- Dificultades en el aprendizaje o en la concentración.
- Conflictos en la escuela, en casa o en lo social.
- Momentos de confusión emocional o bloqueos persistentes.
- Necesidad de orientación en el diagnóstico o intervención.
Aporta información valiosa que puede orientar mejor la terapia, el acompañamiento familiar o las decisiones escolares.
Tipos de evaluación que realizo
Evaluación infantil y adolescente:
Exploración del desarrollo emocional, cognitivo y conductual. Trabajo en conjunto con las familias y, si es necesario, con centros educativos.
Evaluación para adultos:
Orientada a clarificar procesos personales, comprender patrones o identificar factores que afectan el bienestar emocional.
Valoraciones específicas:
Para demandas concretas como ansiedad, autoestima, conducta, o exploración de indicadores de neurodivergencia (sin emitir diagnóstico clínico formal).
Nota: No realizo evaluaciones psicodiagnósticas con fines judiciales o periciales.
¿Cómo es el proceso de evaluación?
- La evaluación comienza con una entrevista inicial para conocer la demanda.
- A partir de ahí, se definen las áreas a explorar y las herramientas que se aplicarán.
- Puede incluir sesiones de observación, aplicación de pruebas, entrevistas familiares o devolución conjunta.
- Una vez finalizado el proceso, se entrega un informe claro, útil y adaptado a quien lo recibe.
¿Qué recibirás al finalizar?
- Un informe escrito, comprensible y adaptado a tu realidad o a la de tu hijo.
- Recomendaciones para seguir avanzando: en terapia, en casa o en el entorno educativo.
- Un espacio para resolver dudas y hablar sobre los resultados sin prisas.